.:: Debates mentales de una mujer esperando un sms de "él" ::.

Amaneció, un día nuevo pero el mismo pensamiento en tu mente, y es que ese individuo parece atraerte mucho y ¿qué puedes decir para negarlo? Creo que nada ya que tiene todo lo que te gusta de un chico.

El día podría ser normal, pero hay cierto bicho rondando en tu cabeza y que no te deja tranquila, y ese insecto tiene el nombre de él tatuado en el cuerpo y se posa en tu cabeza para mortificarte con el simple hecho que no sabes nada de él desde que te dijo “te escribo a tu celular”.

Te levantas, te bañas, tomas desayuno y miras tu celular. -Tal vez me escribió en la noche y tenía el celular apagado….- El celular enciende y esperanzada de escuchar el ringtone de un nuevo mensaje se hace mas fuerte; pasan 5 minutos y nada - ¡no importa! Seguro escribirá mas tarde, después de todo no dijo la hora y puede que siga durmiendo.

Viaje en el auto escuchando música mirando de cuando en cuando el celular, el típico pretexto de “veo la hora y de paso me fijo si hay algún mensaje” podría funcionar si no lo hicieras cada medio segundo, pero bueno, el apuro de llegar temprano tal vez te tiene pendiente.

El día se torna más agitado por los quehaceres, se te puede ver concentrada pero solo es cuestión de segundos para que vuelvas a perderte en el mismo pensamiento - ¿me habrá enviado el mensaje y no lo he sentido? Puede ser ya que aunque esté en vibrador y lo tenga sobre el escritorio o en mi bolsillo puede pasar de desapercibido (¿en serio?) o puede que al ir al baño se haya perdido la señal y no haya notado que llegó el mensaje - pero de nuevo un desesperanzador “0 mensajes recibidos” en tu bandeja del celular crea ansiedad en ti y viene el momento de un debate mental muy importante.

-¿Y si le escribo yo? No! ¿por qué habría de hacerlo? Él debe mostrar interés, pero… no tiene nada de malo escribirle un mensaje, después de todo nos tenemos confianza. Y ¿si mejor le timbro? No, mejor no, puede que esté ocupado o a lo mejor piense que es una emergencia y me llame preocupado y tampoco quiero incomodarlo. Esta bien le escribiré, pero ¿si no me responde? ¿qué hago? ¿otro mensaje más? No, porque puede pensar que lo estoy acosando o que ando muy al pendiente de él y tampoco quiero que note el interés que le tengo o lo tome a mal, es más él me dijo que me iba a escribir, tal vez no quiera que yo le escriba.

Pasa la tarde y la batalla aún no acaba, tu mente aún sigue haciendo suposiciones ya que él aún no ha dado señales de vida. Tus amigas tampoco se ponen de acuerdo y un 50% afirma que debes escribirle mientras que el otro 50% te dice que esperes y lo único que decides hacer es lanzarte a tu cama y escuchar música mientras miras tu celular, que en estos momentos ha pasado hacer el causante de tus angustias.

Luego un pensamiento invade tu mente.- ¡Ya me cansé! No seguiré esperando su mensaje, si me escribe bien sino también (¿es eso cierto?) total no tengo por qué hacerme un mundo por un chico, está decidido no esperaré más el mensaje y no le escribiré.

Pasado 5 minutos de esa firme postura, el celular suena. “Un nuevo mensaje” tus ojos se abren más de lo normal, una sonrisa aparece inmediatamente sin desearlo, es él. Todo vuelve a la calma, te conectas y tus amigas preguntan “¿te escribió?” y tu con indiferencia “ah, si”, pero la verdad es que mañana tu cabeza estará de nuevo en un duelo sin final porque te prometió un nuevo mensaje, y es que no hay nada que hacer, te gusta y hasta el momento no haces nada para impedirlo puesto que al final ese detalle es lo que hace que te guste más.