lunes, 27 de diciembre de 2010

.:: Quién lo diría! ::.


Muchas veces los sentimientos que tenemos hacia alguien que consideramos especial nunca son revelados y muchas veces, por las acciones del otro, se dejan de lado porque pensamos que no son correspondidos.

Pasa el tiempo, ambas personas conocen a otros quienes les permiten esta vez la oportunidad de intentar algo y esta vez sí se arriesgan. Y es en estos momentos cuando, un encuentro inesperado entre ellos logra un momento adecuado para ciertas confesiones.

Sentimientos que se creyeron no correspondidos resultaron ser todo lo contrario. Y es que fue el temor de uno y la inseguridad del otro lo que dio las falsas respuestas a aquellas preguntas que, antes de confirmarlas, decidieron tomar por cierto aquellos supuestos que salieron a flote en aquel momento.

¿Qué hacer? Muchas veces el destino resulta ser otro y la falta de valor ante algunos sentimientos trae esas consecuencias. Pero, lo cierto de esta realidad es la siguiente: aún valoro a esta persona por todo lo que pude compartir con él/ella, y en estos momentos me encuentro feliz con la persona que he decidido empezar una relación.

Tal vez las cosas debieron suceder así. Puede que lo vivido con esta persona sea aquello que me motivó a intentarlo esta vez con quien también se esforzó por ser alguien importante en mi vida y ganarse mi corazón.

No debo estar triste por lo que pudo pasar y no pasó. Debo estar alegre por lo que conservo de aquella persona y lo que es en mí ahora, y también debo alegrarme por lo que está pasando y por lo que me estoy arriesgando para seguir siendo feliz.




**** Gracias por todo lo que aprendí y compartí contigo (: ****