.:: Un poco de cómo somos ::.

Este post surge tras haber leído uno en el blog llamado Nada en común, cuyos autores son compañeros míos. Y es que siento que dicho artículo llamado “¿Qué es lo que ellas quieren?” no puede quedarse sin una respuesta y, discúlpenme chicos pero un comentario no es lo mío cuando les puedo dedicar un espacio en mi blog.

A decir verdad siempre oímos comentarios de que las mujeres somos muy complejas, imposibles de entender; pues, en primer lugar, olvídense de entendernos porque nunca podrán hacerlo al igual que nosotras a ustedes, aunque les digamos que son predecibles, pueden llegar a crearnos un súper laberinto en nuestras mentes cuando se lo proponen; así que, como dice una famosa frase que realmente no sé de quién es pero es muy cierta: No busquen entendernos, solo compréndannos y quiérannos (sería más fácil ¿no lo creen?)

Respondiendo al primer anécdota escrito sobre cómo se diferencia un simple intercambio de miradas por parte de un hombre y el de una mujer; no es por maldad que en 5 segundos puedan perder, pero a decir verdad nosotras no nos fijamos solo en la apariencia y por eso siempre es más difícil que nos causen una buena impresión. Cuando miramos a aquel personaje que cruza por nuestros ojos y capta nuestra atención sin nuestro permiso, empezamos a examinar qué es aquello que nos está cautivando, observamos detenidamente no solo lo físico sino alguna mínima acción que nos puede dar una información más detallada de cómo es su comportamiento en sí. Y a veces es fácil sacar su estado civil por ciertos “accesorios” que llevan. No se enojen por el simple hecho que seamos más observadoras, ahora pónganse a pensar que tienen que esforzarse más en lograr pasar de un corto intercambio de miradas si realmente ese es su propósito.

Acompañarla o no muchas veces es el dilema, ya que un día te puede decir que siente cierto grado de culpabilidad por hacer que la acompañes tan tarde y otras veces simplemente se decepciona que no hayas tenido ni la intensión de hacerlo. En mi caso, ya sea que salgo con un amigo si es temprano no me incomoda irme sola, pero lo que he aprendido en casa (ojo que esto influye y por eso muchas veces ese comportamiento) es que cuando ya se ha hecho muy tarde, tu amigo debe acompañarte. Realmente yo soy muy práctica para eso, antes pregunto si podrán acompañarme de lo contrario no me quedo hasta tan tarde o veo como me regreso, pero no todas somos así. Aunque claro, ¿a qué chica no le gusta que hasta su amigo tenga gestos de “caballerosidad” sin tener que pedírselo?

Y en este punto me quiero detener, ya que debo agradecer que me hayan dado la respuesta a la gran interrogante del por qué alguien deja de hablarte por msn si normalmente esa persona iniciaba la conversación cada vez que te conectabas. Considero que las mujeres también hacemos lo mismo, ya que si alguien nos interesa esperamos a que sea él quien nos hable así queramos inmediatez en esa acción. Es una muy buena jugada por su parte para que ante la ligera indiferencia que nos puedan mostrar comencemos a darles más interés, el problema surge cuando creen que es algo que podrán hacer siempre, ya que nosotras podemos mostrar cierto interés al comenzar las conversaciones, pero nos aburrimos de aquello; es más, nuestro sentido común nos dice ¿por qué seguir mostrándoles tanto interés? ¿se lo merecen? Y también dejamos de hacerlo para no querer hacerles pensar que nos son indispensables. Llegaron muy bien a esa conclusión, pero aquello de no eliminarlos muchas veces surge porque después de todo esa persona si resultó de alguna manera convertirse en un buen amigo y, aunque ahora ninguno de los dos inicie la conversación, quedará en nuestro msn porque, quien sabe, algún día tendremos algo de qué hablar y, lo más importante, ¿sigue siendo tu amigo no?

La mujer siempre será un misterio para el hombre y, así siempre se plantee la interrogante y quiera descifrar en un 100% el por qué de su conducta y qué es lo que realmente quiere de él, no podrá y es mejor así; después de todo, un poco de misterio no hace daño y sirve para seguir alimentando ese no sé qué tan fuerte que llega a hacer que te intereses en ella y quieras volverte también en el dueño de sus conflictos existenciales y la haga pensar solo en ti.